Mientras leía el artículo, siempre desde una visión crítica, me iban surgiendo ciertos pensamientos sobre algunas incoherencias que iban apareciendo. Es cierto que está bien cambiar el nombre de minusvalía o discapacidad por diversidad funcional, y es algo que apoyo, ya que el objetivo es quitar el valor negativo que estás palabras denotan, pero creo que el término diversidad funcional, tal como dice Carlos Egea, no ayuda a eliminar este significado negativo hacia estas personas, ya que es seguir diciendo que son diferentes debido a que tienen funciones biológicas y psíquicas. Se están discriminando ellos solos. Por otro lado, pienso que no es cuestión de cambiar el término, sino que mediante una educación de calidad, ir eliminando el significado negativo de los términos discapacidad o minusvalía. Porque el término diversidad funcional sigue teniendo significado negativo. Es parecido a lo que hablábamos en otra entrada acerca del machismo. Al final si los perjudicado...